Tumores de columna

Causas de los tumores de columna:

  1. Factores genéticos: Ciertas mutaciones genéticas pueden predisponer a algunas personas a desarrollar tumores, tanto benignos como malignos.
  2. Cáncer metastásico: La mayoría de los tumores de columna son el resultado de la propagación de cánceres desde otras partes del cuerpo, como pulmón, mama, próstata o riñón.
  3. Enfermedades congénitas: Algunas enfermedades hereditarias, como la neurofibromatosis, pueden aumentar el riesgo de desarrollar tumores en la columna vertebral.
  4. Exposición a radiación: Personas que han estado expuestas a radioterapia pueden tener un mayor riesgo de desarrollar tumores vertebrales más adelante.

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Los síntomas de los tumores de columna dependen de la ubicación, el tamaño y la velocidad de crecimiento del tumor. Los tumores pueden afectar las vértebras, la médula espinal o las raíces nerviosas circundantes, lo que da lugar a diferentes manifestaciones clínicas. Síntomas comunes:
  1. Dolor de espalda persistente: El síntoma más común. El dolor puede ser localizado o irradiado a otras partes del cuerpo, y suele empeorar por la noche o con el reposo.
  2. Dolor irradiado: Si el tumor afecta los nervios, el dolor puede irradiarse hacia los brazos o las piernas, dependiendo de la ubicación del tumor.
  3. Debilidad muscular: Los tumores que comprimen los nervios espinales pueden causar debilidad en los brazos, piernas o ambas extremidades.
  4. Entumecimiento y hormigueo: La compresión de la médula espinal o los nervios puede provocar sensación de entumecimiento, hormigueo o pérdida de sensibilidad en las extremidades.
  5. Problemas para caminar: La debilidad muscular y los problemas nerviosos pueden afectar la coordinación y la marcha, lo que puede llevar a una incapacidad para caminar o moverse con normalidad.
  6. Pérdida del control de esfínteres: En casos graves, los tumores pueden afectar los nervios responsables de controlar la vejiga y el intestino, lo que lleva a la incontinencia urinaria o fecal.
  7. Parálisis: Si el tumor comprime severamente la médula espinal, puede causar parálisis parcial o total en las áreas del cuerpo por debajo del nivel de la compresión.
El diagnóstico de un tumor de columna requiere varias pruebas para identificar la localización, el tipo de tumor y la extensión de la enfermedad.
  1. Examen físico y neurológico: El médico evaluará los síntomas, como dolor, debilidad muscular y cambios en la sensibilidad, para determinar si la médula espinal o los nervios están afectados.
  2. Radiografías: Pueden revelar cambios en los huesos de la columna y detectar la presencia de tumores en las vértebras, aunque no son las mejores para detectar tumores de tejidos blandos.
  3. Tomografía computarizada (TC): Proporciona imágenes detalladas de las vértebras y los tejidos circundantes, lo que ayuda a identificar la extensión del tumor en la estructura ósea de la columna.
  4. Resonancia magnética (RM): Es la prueba de imagen más efectiva para diagnosticar tumores de columna. La RM permite obtener imágenes detalladas de la médula espinal, las raíces nerviosas y los tejidos blandos, lo que ayuda a evaluar la extensión y el impacto del tumor en las estructuras circundantes.
  5. Biopsia: En algunos casos, se necesita una biopsia del tumor para determinar si es benigno o maligno. Esto implica extraer una pequeña muestra de tejido del tumor para analizarla en el laboratorio.
  6. Gammagrafía ósea: Puede ser útil para detectar metástasis en los huesos de la columna en casos de cáncer diseminado.
  7. PET-SCAN.
No tratar un tumor de columna, ya sea benigno o maligno, puede llevar a complicaciones graves, muchas de las cuales pueden ser irreversibles:
  1. Dolor crónico: El crecimiento del tumor puede generar un dolor severo e incapacitante que no mejora sin tratamiento.
  2. Daño neurológico irreversible: La compresión prolongada de la médula espinal o los nervios por un tumor no tratado puede causar daño permanente, incluyendo debilidad, entumecimiento o parálisis.
  3. Pérdida del control de esfínteres: Tumores que comprimen los nervios espinales pueden llevar a incontinencia urinaria o fecal.
  4. Pérdida de movilidad: La progresión de los síntomas neurológicos puede llevar a la incapacidad para caminar o moverse, lo que puede resultar en dependencia para realizar actividades diarias.
  5. Parálisis: La compresión grave de la médula espinal puede provocar parálisis total o parcial por debajo del nivel del tumor.
  6. Metástasis: En el caso de tumores malignos no tratados, el cáncer puede diseminarse a otras partes del cuerpo, complicando aún más el tratamiento y reduciendo las posibilidades de supervivencia.
  7. Fracturas vertebrales: Los tumores que debilitan las vértebras pueden aumentar el riesgo de fracturas, lo que puede empeorar los síntomas y generar deformidades en la columna.
  8. Muerte: Los tumores malignos de columna, si no se tratan adecuadamente, pueden ser fatales, especialmente si son metastásicos y se diseminan a otros órganos vitales.